El teletridente (sustituto del descodificador)

Y aquí seguimos, leyendo al sustituto de Albéniz cuando aún no teneos claro si el de wordpress es él o no.

Parece que la jugada de El Mundo no era sólo ventilarse a la mosca cojonera de Albéniz si no colocar una mosca que girase 180º a la hora de buscar su mierda. Y así nos aparece el bloguero del Teletridente, con esta presentación:

Ah, por cierto: me llamo Nico Rey y nací en una casa con la televisión siempre encendida. Creo que crecí demasiado deprisa. Y olvidé mi nombre…

Y tras ver este primer mensaje podréis comprobar que la excusa de que quitaron el descodificador por que mezclaba televisión con política no era más que una patraña. Por lo pronto he visto un mensaje criticando a Emilio Aragón, a Iñaki Gabilondo y a Ana Pastor sin argumentos (quizás me trague los de la moderadora de 59») y soltando rumores sobre amiguismos entre ZP y Mediapro.

Mal tono, mala salida, y un estilo de escritura que, para un blog de un medio de comunicación como El Mundo deja bastante que desear: «¿Qué coño hace una chica como tú en un sitio como ese?» «¡Inenarrable lo tuyo, nena! » «madruguear»…

Por cierto, decir que la sexta no la ve nadie es no querer ver la realidad. Tanto Cuatro como la Sexta están ahí para quedarse por mucho que pueda molestar a cualquier otro medio de comunicación. Que Público aguante mucho es algo que sólo el tiempo dirá. De todos modos, tus lectores probablemente sean la gente que más fácilmente se adapte a los cambios, que antes vean las novedades de la Sexta, que antes se interesen por los nuevos diarios…

¿O es que sólo escribes para Pedro J?

Los blogs de Elmundo.es tambaleándose

Y aquí seguimos, con el tiempo justito para copypastear una noticia sobre el tema del Descodificador.

Un microcomentario respecto a los que criticaban a Javier Pérez de Albéniz por que se extralimitase en su sección: sí el problema era que se salía de los temas de televisión, le habrían re-ubicado en ‘Actualidad’. El problema era que Javier era todo un grano en el culo y está visto que la orina eso no lo calma.

EL CONFIDENTE

Pedro Jota sigue metiendo mano en su periódico digital y provoca la salida de una de sus ‘estrellas’

Unos lo llamarían censura y otros, más socarrones, lo calificarían como una cortés invitación a buscarse un trabajo mejor remunerado, más acorde con sus altas cualidades profesionales. Aunque en el fondo, el resultado es el mismo… de patitas en la calle por contravenir la línea editorial marcada por la dirección del medio en el que trabajaba, que no tiene por qué ser necesariamente la que comparte la plantilla del periódico en cuestión.

Hablamos, cómo no, del diario El Mundo, territorio natural de Pedro Jota Ramírez, y de su extensión en Internet, elmundo.es. De un tiempo a esta parte, el director riojano ha tenido que hacer frente en ambas cabeceras a la pérdida de algunas firmas de referencia, en unos casos muy a su pesar y en otros, con mucho gusto. En esta última categoría puede enmarcarse la marcha del columnista Javier Pérez de Albéniz, autor del exitoso blog El Descodificador.

Aunque se trataba de un espacio dedicado a la crítica de la programación de televisión, Pérez de Albéniz había conseguido mantener un elevado discurso crítico, mordaz e irónico sobre los distintos aspectos de la actualidad que sacudían a la piel de toro, siempre sirviéndose con gran sutileza de la coartada de la parrilla televisiva para desgranar sus comentarios. Y así fue hasta que la sentencia del 11-M protagonizó su último post.

Su rejón de castigo a los conspiranoicos y a sus tesis, alimentadas, entre otros, por el propio diario El Mundo, fue la gota que colmó el vaso de la paciencia en la primera planta de Pradillo. Fue entonces cuando debió ejecutarse el famoso artículo fundacional referido a la libertad de expresión: “Para ejercerla, a la p*#@ calle”. Adiós a un bloguero de referencia, pero sobre todo a un espacio que se permitía ir a contracorriente de las estrictas normas de la casa.

El Descodificador ya tiene una especie de sustituto, se llama Asesino en serie, aunque está por ver que llene el hueco anterior. Una tarea a la que también debe enfrentarse el periódico tras las bajas recientes de Carlos Boyero y Borja Hermoso, una dupla cultural de lujo, que marcharon para enrolarse en las filas de El País, o las de Javier Ortiz y Fernando Garea, nuevos pilares del nuevo diario Público. Si la deriva continúa, se adivinan próximas salidas con destino a la p*#@ calle.

Via Elconfidencial.com.

Javier Pérez de Albéniz

Javier Pérez de Albéniz, si te vas, si no te vas, si te echan, si te arrinconan, si publicas desde otro medio, si publicas desde una página personal, por aquí te seguiremos.

El Mundo amordaza «El descodificador».

El último post antes de la despedida.
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Editando: A lunes y sigue sin actualizar. O le han llamado a consultas o se ha ido a por tabaco.
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Copio aquí el mensaje de Javier, por si los deletes:

Motivos para odiar un blog

2 de noviembre.- Cuenta Stanley Newcourt-Nowodworski en su libro ‘La propaganda negra en la Segunda Guerra Mundial’ (editorial Algaba) cómo la intoxicación informativa es un viejo y eficaz instrumento bélico. Una guerra psicológica que viene de lejos, puesto que hace 2.500 años el pensador chino Sun Tzu, autor de «El arte de la guerra», ya defendía la utilidad de las informaciones falsas, las mentiras necesarias y esa pérfida forma de manipular que denominaba «la crueldad tranquila».

Una propaganda que Hans Fritzsche, principal comentarista radiofónico alemán durante la Segunda Guerra Mundial, tenía la desfachatez de definir como «el arte de despertar en los demás los pensamientos y sentimientos que nunca aflorarían a la superficie sin ese impulso». Fíjense si sería tosco el tal Fritzsche que a su lado Goebbels era todo un poeta: «la propaganda es el arte de escuchar el alma de la gente».

Sergio Rodríguez no tiene nada que ver ni con Hans Fritzsche ni con Goebbels, desde luego. Ni siquiera con Stanley Newcourt-Nowodworski. Sergio Rodríguez es un compañero y amigo que nos cuenta, en su imprescindible blog El Catalejo, los motivos que hay para odiar un blog. Por ejemplo el uso aleatorio de mayúsculas, el abuso de la publicidad, la falta de actualización o el escribir como si se estuviera enviando un SMS. Le falta al menos otro motivo importante: que lo que dice el blog sea verdad. Y que esa verdad no coincida con la verdad del medio en que está publicado. Un blog incómodo, para que ustedes me entiendan.

En los medios de comunicación actuales se valora sobremanera la libertad de expresión. Me refiero a hablar de la libertad de expresión, a llenarse la boca diciendo «libertad de expresión», a reclamar el respeto por la «sagrada» libertad de expresión. Fíjense hasta que punto puede llegar la hipocresía que hemos llegado a oír esas tres palabras mágicas en boca de Esperanza Aguirre. ¿Estará desprestigiado el término «libertad de expresión»?

Por cierto ¿Recuerdan qué es un blog? Según la Wikipedia, «un sitio web periódicamente actualizado que recopila cronológicamente textos o artículos de uno o varios autores, apareciendo primero el más reciente, donde el autor conserva siempre la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente». Actualmente, en un medio de comunicación donde su opinión no coincidiera con la opinión del blog jamás eliminarían el blog. O al menos no lo harían de golpe, castrándolo a la vieja usanza. «¡Defendemos la libertad de expresión!», dirían muy ufanos.

Serían mucho más sutiles. Lo quitarían de los lugares más visibles, lo irían arrinconando, no actualizarían los comentarios, probarían suerte con otros blogs para sustituirle… Puede que incluso, en un alarde de «propaganda negra», lo utilizasen como muestra de la libertad que se respira en ese medio.

El escritor inglés Aldous Huxley escribe en ‘Un mundo feliz’: «el mayor de los triunfos de la propaganda se ha conseguido, no haciendo algo, sino absteniéndose de hacerlo». Es decir, ocultar en lugar de censurar. Confinar en lugar de mutilar. Menospreciar en lugar de silenciar.

Hasta pronto.

Gracias por intentarlo – Ricardo

Vía El Mundo.